
La otra persona es Eduardo Punset, que aún sin bigote, me ha recordado siempre a Albert Einstein, no tanto por su imagen física sino porque yo lo recuerdo siempre haciendo y haciéndose preguntas, siempre intentando hacerse entender, siempre pensando en el poder de la mente - y no hablo de magia, que de magia y faquires zaragozanos, ya hablare otro día-.
Punset lo recuerdo de siempre con las mismas inquietudes, con las mismas ganas de hacerse entender, pero le pasa como a otros muchos que andan por delante a su tiempo. Primero hay que atender y después aprender... Y ahora a su manera... a través del programa de tv, de sus libros y de sus artículos, sin ser “escuela de padres”, quiere explicar a los hij@s cuan importante es aquello que nuestros padres/madres y abuel@s no supieron “entender” los sentimientos, las emociones, el pensamiento...
Ya lo decía Baltasar Gracian, saber y saberlo demostrar es valer dos veces.
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