Bien, pues ya hemos entrado en recisión, no tenemos suficiente dinero que nos permita no tener que estar pendientes de la “prima”. Ya solo queda pedir préstamos estatales y que la avaricia bursátil no nos lleve más abajo. Pues si los ciudadanos no pueden ahorrar (que es el dinero que mueve el banco a nuestras expensas) y solo hay dinero para gasto corriente. Si las familias no se pueden permitir consumo de ocio y el Gobierno insiste en que es la empresa privada la que tiene que crear puestos de trabajo. No invertir en infraestructuras, concertar educación, salud y dependencia. Y poner en el mercado mucha mano de obra barata, previo paso por el desempleo. Como decía Einsten “La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia”.
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