Yo no vote a ningún gobierno que no fuera español. Yo no
vote a un partido que no creyera en los servicios públicos. Por no votar, no vote al partido que en este momento
gobierna España, porque al igual que no se le
pide peras al olmo, me es imposible creer que las ideologías de derechas mantengan
el bienestar social basándose en los servicios públicos.
Tras ocho meses de gobierno
del Partido Popular entretejiendo mimbres de la crisis financiera, mimbres de unas economías imposibles de CCAA del PP,
mimbres neolibarales y mimbres de Alemania y del FMI… han tejido una cesta de
la que ha desaparecido cualquier atisbo
de bienestar social. Pero por si había alguna duda, la Cospedal se permite amenazar a aquellas CCAA que no sean del PP. El Gobierno se permite
amenazar a FACUA . Repsol se permite alojarse en una web xenófoba y homófoba.
La directiva de RNE/RTVE se permite destituir
a profesionales que practican la crítica constructiva.
Cuando al campo se le ponen vallas y se electrifican y a
los que están dentro se les pone pijama de rayas, ya poco tiene que ver con el
gesto que empezó con un voto democrático.
Nos han convertido en
una dictablanda, porque aún contamos con
los derechos de manifestación y de
elección ¿pero cuanto queda de lo que disfrutábamos hace nueve meses atrás?
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